

En 1980, cuando me pidieron que asumiera el cargo de presidente interino y director ejecutivo de Aglow, literalmente me temblaron las rodillas. A medida que continué caminando de la mano con el Señor durante los últimos 45 años, he descubierto que Él es fiel mientras enfrentamos tiempos de gran crecimiento en todo el mundo.
Creo que Aglow nació por el Espíritu en 1967 y el Espíritu Santo continúa guiándonos hoy. Siempre lo he buscado en toda circunstancia y continúo encontrando que el Señor es fiel en tiempos de abundancia y en tiempos de vacas flacas. Ha sido nuestro Guardián y siempre lo será.
Cuando miro hacia atrás en los años de liderar Aglow, me encuentro sonriendo al pensar en las muchas naciones con las que tuve el honor de caminar con nuevos líderes cuando nació Aglow: ¡145 naciones! Había 25 naciones en 1980 cuando comencé. Se han formado amistades que nunca se perderán. Quedan recuerdos de aquellos que nos han precedido y que ahora forman la gran nube de testigos. Llevo a cada uno en mi corazón como familia y amigo. Me maravillo de cómo las mujeres y los hombres fieles de Aglow parecen compartir una llama en su núcleo que los impulsa a seguir adelante y permanecer verdaderamente conectados con este ministerio.

Recientemente repasé el poderoso mensaje que Jen Tringale le dio a Aglow en nuestra conferencia, celebrada en Dallas, Texas, el pasado mes de noviembre.
Recuerdo que me di cuenta de que esta era una palabra significativa para nuestro ministerio, cuando las palabras salieron a la luz. Sin embargo, incluso se me impresionó de una manera más grande cuando revisé el mensaje recientemente.
Permítanme repetirles algunas de las frases de esta carta.
Jen habló del dolor que sintió al ver el primer aniversario del ataque de Hamas contra los israelíes mientras bailaban de alegría durante un festival de música. 1200 personas fueron asesinadas y más de 200 fueron secuestradas. Mencionó que el Señor le dijo que "un nuevo nivel de maldad se había desatado en la tierra en ese momento". La palabra continuaba diciendo: "Cuando te encuentres con oposición o con que el mal venga hacia ti, será con mayor intensidad de la que has sentido antes, pero no te conmuevas. Mantente firme porque yo he vencido".

Me gusta mucho que los planes y propósitos de Dios para Su pueblo se construyen línea sobre línea, precepto sobre precepto. Él permanece firme a lo largo de los años y hace que cada nueva generación reciba la estafeta de la generación anterior para poder correr con excelencia la carrera que tienen delante.

Como muchas de ustedes saben, recientemente volvimos de San Luis, MO, en donde se reunió la familia de Aglow para adorar al Señor y escuchar lo que Él nos dice en esta hora. ¡Fue un tiempo poderoso en la presencia de Dios! Los hermanos Sheets, Tim y Dutch, no nos fallaron pues dieron palabras poderosas de verdad y hablaron con autoridad apostólica acerca de cómo el cuerpo de Cristo debe colaborar con Dios en este tiempo. Es el momento preciso para pararnos en fe creyendo todas las verdades comprobables que sabemos acerca de quién Dios es y de lo que Él hace a través de Su cuerpo en el mundo. ¡Nosotros somos esas personas!

Al reverberar alrededor del mundo la noticia del fallecimiento de la Reina Isabel II, a los 96 años, se abrió una puerta grande y efectiva hacia una nueva era. Durante 70 años permaneció fiel a la proclama hecha a la tierna edad de 21, “Declaro ante ustedes que toda mi vida, sea esta larga o corta, la dedicaré a su servicio...” Ella fue firme e inquebrantable en su deber hacia Dios y hacia los que lideraba.

Me gusta mucho incluir himnos en mi tiempo de adoración. Uno que cruza mis labios con frecuencia es La Roca Firme (On Christ the Solid Rock I Stand). ¿Podemos tomar un momento ahora y proclamar estas palabras como un decreto de nuestra confianza en Él?
Mi fe está puesta en Jesús
Sólo en su sangre y su virtud
En nadie más me confiaré
Y sólo de él dependeré
Sobre la Roca firme estoy
Y sólo en Cristo fuerte soy
Y sólo en Cristo fuerte soy
Cuando no pueda ver su faz
Sé que su gracia es siempre igual
Aún cuando viene tempestad
Él es mi ancla y firme está
Sobre la Roca firme estoy
Y sólo en Cristo fuerte soy
Y sólo en Cristo fuerte soy
¡Qué poderosa declaración de Jesús, nuestra Roca!