Me gusta mucho que los planes y propósitos de Dios para Su pueblo se construyen línea sobre línea, precepto sobre precepto. Él permanece firme a lo largo de los años y hace que cada nueva generación reciba la estafeta de la generación anterior para poder correr con excelencia la carrera que tienen delante.
Como muchas de ustedes saben, recientemente volvimos de San Luis, MO, en donde se reunió la familia de Aglow para adorar al Señor y escuchar lo que Él nos dice en esta hora. ¡Fue un tiempo poderoso en la presencia de Dios! Los hermanos Sheets, Tim y Dutch, no nos fallaron pues dieron palabras poderosas de verdad y hablaron con autoridad apostólica acerca de cómo el cuerpo de Cristo debe colaborar con Dios en este tiempo. Es el momento preciso para pararnos en fe creyendo todas las verdades comprobables que sabemos acerca de quién Dios es y de lo que Él hace a través de Su cuerpo en el mundo. ¡Nosotros somos esas personas!
Al reverberar alrededor del mundo la noticia del fallecimiento de la Reina Isabel II, a los 96 años, se abrió una puerta grande y efectiva hacia una nueva era. Durante 70 años permaneció fiel a la proclama hecha a la tierna edad de 21, “Declaro ante ustedes que toda mi vida, sea esta larga o corta, la dedicaré a su servicio...” Ella fue firme e inquebrantable en su deber hacia Dios y hacia los que lideraba.
Me gusta mucho incluir himnos en mi tiempo de adoración. Uno que cruza mis labios con frecuencia es La Roca Firme (On Christ the Solid Rock I Stand). ¿Podemos tomar un momento ahora y proclamar estas palabras como un decreto de nuestra confianza en Él?
Mi fe está puesta en Jesús
Sólo en su sangre y su virtud
En nadie más me confiaré
Y sólo de él dependeré
Sobre la Roca firme estoy
Y sólo en Cristo fuerte soy
Y sólo en Cristo fuerte soy
Cuando no pueda ver su faz
Sé que su gracia es siempre igual
Aún cuando viene tempestad
Él es mi ancla y firme está
Sobre la Roca firme estoy
Y sólo en Cristo fuerte soy
Y sólo en Cristo fuerte soy
¡Qué poderosa declaración de Jesús, nuestra Roca!
¿Está disfrutando el verano? Los veranos son mi época favorita en el hermoso noroeste del Pacífico. Los días son largos. Los cielos, azules; las flores retoñan en todo su esplendor. Hay muy poca lluvia y amo el sonido de las familias afuera, disfrutando su tiempo juntos.
Antes de comenzar, quiero agradecer personalmente a cada una de ustedes que dio en la oportunidad con los fondos de contraparte este verano. Recibimos más de US$25,000 en ofrendas y nuestro donante generoso igualó la ofrenda con US$25,000. ¡Gracias por ayudarnos a duplicar las ofrendas! ¡Dios es tan fiel!
¡El 2022 sí que está revelándose como un año muy profundo! Luego de varias etapas de confinamiento en los últimos dos años, ¡es bueno estar LIBRES de las restricciones! Pienso en 2 Corintios 3:17, “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.” En confinamiento o no, podemos ser libres porque la verdadera libertad viene del Señor.
El Espíritu Santo, nuestra ventaja divina
Con frecuencia me preguntan, “Jane, ¿qué percibes?” Percibo que en todas las cosas, debemos permanecer en un lugar de total paz mientras que Dios nos guía en cada detalle. “Bueno, Jane, ¿y eso cómo se hace?” Lo hacemos de la misma manera en la que lo hemos hecho durante los últimos 55 años: seguimos la guía del Espíritu Santo. Cuando no estamos seguros de hacia dónde van las cosas o cómo prepararnos, tenemos una Ventaja Divina en el Espíritu Santo. ¡Él lo sabe todo!
En momentos como este pienso en Abraham, a quien Dios le dijo que fuera a un lugar que él no conocía. ¿Se imaginan lo que dijo Sara? “¿Empaco ropa de verano o de invierno? ¿Cuánto tiempo estaremos fuera? ¿Necesitamos llevar algo para comer? ¿Llevamos los animales o nos toca caminar?” Yo imagino la paz que sintió cuando Abraham le respondió, “Solo empaca, Sara. Dios proveerá.”