Hace poco captó mi atención una pequeña cajita que había estado sobre mi escritorio por varios meses. Fue un regalo especial que me dio Ezra Eini, quien ha sido nuestro amigo por mucho tiempo en Israel. Ezra ha sido nuestro guía principal para las excursiones todos estos años en que Aglow ha viajado a la Tierra Santa. Me he encariñado con Ezra tanto como con su esposa Narit.
Un momento del Reino
Por supuesto que sí había visto la cajita antes, pero por alguna razón, este día en particular, me llamó más la atención. Dentro había una pequeña moneda. De hecho, tenía una blanca… la blanca de la viuda. Una blanca era la moneda de menor denominación en circulación en tiempos de Jesús. Valía aproximadamente 1/8 de centavo.
Me sentí impulsada a leer la historia de la viuda en Marcos 12. Me impactó el hecho de que la Palabra dice que Jesús estaba sentado frente al arca de las ofrendas y veía cuando la gente echaba sus monedas en el arca. Pensé en una frase que dijo Chuck Pierce en una conferencia de Aglow hace poco… Él ve cómo das.
Él ve el corazón
Esa porción de la escritura continúa diciendo que muchos que eran ricos echaban mucho… pero luego algo cambió. Él veía. Él llamó a Sus discípulos. Era un momento didáctico… un momento del Reino. Era importante que ellos vieran y entendieran el significado más profundo de lo que estaba llevándose a cabo.
Sus palabras a los discípulos llevaban un mensaje poderoso:
De cierto les digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca, porque todos han echado de lo que les sobra, pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, ¡todo su sustento!
Lo importante para Jesús no era la cantidad de la ofrenda, sino el compromiso y el sacrificio que representaba.
Dios no mide las cosas como las medimos nosotros. Nosotros vemos el tamaño, cantidades, frecuencia y otros factores que pudieran reflejar el compromiso. Sin embargo, Jesús ve el corazón. Él entiende el compromiso y el sacrificio que su ofrenda representa. Eso es lo que toca Su corazón.
Un mover profundo de parte del Espíritu Santo
Dios le ha hablado a Aglow de maneras poderosas y proféticas. Estamos viendo que se manifiestan muchas de las palabras a medida que caminamos por fe hacia el futuro. Varias de esas palabras proféticas han estado relacionadas con las finanzas. Aun a la luz de la fidelidad de tantos, yo continúo creyendo que hay un tiempo oportuno para esas palabras proféticas y que está por venir. Dios ha hablado que una gran multitud, cientos de miles de personas ordinarias, darán por Su presencia en medio nuestro.
Aunque muchos han dado fielmente a lo largo de los años, creo que hay otros que todavía no son parte de esa multitud venidera que está comenzando a sentir ese mover profundo el Espíritu Santo para echar sus monedas en las arcas de Aglow.
Un corazón del Reino
Aglow Internacional se acerca al fin del ejercicio fiscal el 31 de marzo. ¿Podría considerar dar a las arcas de Aglow más de lo que ha dado hasta ahora? Nuestro esfuerzo conjunto será una bendición oportuna para este ministerio.
Siguiendo con la historia de la ofrenda de la viuda en Marcos 12, imagínese a sí mismo entrando al templo a dar su ofrenda. Mira hacia un lado y a la distancia ve a Jesús… mirando… observando… bendiciendo… honrando la ofrenda que usted da. Él conoce sus circunstancias. Él sabe qué es lo que usted necesita, sin embargo Su corazón recibe bendición al observar lo que usted da de su corazón. Habla de su confianza en Él y de Su provisión para su sustento. El corazón de Él se llena de agradecimiento al ver su corazón generoso y lleno de fe; el suyo es un corazón del Reino.
Quiero agradecerle por su ofrenda. No la mida ni la compare, simplemente ofrézcasela al Rey y Él la tomará, la bendecirá, la partirá y hará que alimente a una multitud.
Con un corazón agradecido,
Jane Hansen Hoyt
Presidenta/Directora Ejecutiva
Aglow International
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