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Agradecido por Aglow

Cuando Mary Williams de Savannah, GA renovó su Socios Globales con Aglow, recibió un correo electrónico reconociendo nuestro agradecimiento por su renovación. Después de que Mary recibió el correo electrónico, ella respondió: "He sido socia de Aglow desde 1983. Soy muy activo en apoyar a Aglow y asistir a eventos de Aglow. Crecí, una niña negra en el sur, viviendo en un carril de tierra, de bajos ingresos y una de siete hijos. Mis padres eran cristianos que nos mantuvieron en la iglesia y nos enseñaron acerca de Jesús en casa.

Tuve comienzos muy humildes, pero muy ricos en amor y cristianismo. Es por eso que estoy tan agradecida al Señor por Su riqueza, la unción y las cosas eternas que Él ha puesto en mi vida y en la vida de las mujeres en todas partes.

Al crecer en la Iglesia Bautista, no me enseñaron acerca del Bautismo del Espíritu Santo. Nunca fui testigo del movimiento del Espíritu ni vi ni escuché acerca de la operación de los dones espirituales hasta la edad de 33 años. Por supuesto, todo esto tuvo lugar mientras asistía a mi primera reunión de Aglow. ¡Oh, la adoración! Pensé que había muerto y me había ido al Cielo. Era lo que había estado buscando desde que me enamoré de Jesús a la tierna edad de 12 años. No necesitaba buscar más.

En esa primera reunión de Aglow, comencé a clamar al Señor para que me diera lo que Él les había dado a las damas de Aglow. Le pedí que me usara para llevar a otros a conocerlo verdaderamente. ¡Él contestó mis oraciones! He servido en tres equipos de Aglow. Estoy muy agradecido por Aglow y la oportunidad que me dio de testificar por Jesús. Siempre arderé con el Espíritu debido a Aglow. ¡Sin vuelta atrás! Le digo a la gente que si realmente quieren crecer en y para Jesús, simplemente se conviertan en parte de Aglow".

El Espíritu Santo ha tocado millones de vidas en todo el mundo y las ha cambiado para siempre. A cada uno de ustedes, les damos las gracias aquí en la Sede. Tu historia es importante para nosotros y nos encanta compartirla con los demás. Gracias, Mary, por darnos permiso para contar tu historia hoy y gracias por ser una fiel Socia Global.